Tres años reconstruyendo la lucha anticarcelaria

CÁRCELES

Desde 2016, una treintena de personas presas en diferentes centros penitenciarios del Estado español ha puesto en marcha una propuesta de lucha activa dentro de las prisiones para reclamar que se respeten sus derechos fundamentales. Con el apoyo y la solidaridad de movimientos sociales, familiares, juristas y asociaciones, han conseguido reactivar el espacio de lucha anticarcelario y han convocado una nueva huelga de hambre colectiva en todas las prisiones del Estado español a partir del 1 de mayo.

BLOGS. A LA SOMBRA (FERNANDO ALCATRAZ. EX PRESO Y MIEMBRO DE LA EXTINGUIDA COPEL).- Poco o nada se habla en los medios de comunicación de la lucha que desde hace casi tres años se puso en marcha para reclamar que se respeten los derechos humanos dentro las cárceles del Estado español. Y es que, en verano de 2016, un grupo reducido de personas presas comenzó a organizarse para llevar a cabo acciones en defensa de una tabla reivindicativa de doce puntos, donde se analizan una larga serie de situaciones que atentan contra la dignidad y la vida de las personas privadas de libertad. Esta estrategia se parece mucho a la que se llevó a cabo en diferentes cárceles de España a finales de los años 70, en tiempos de la Coordinadora de Presos en Lucha (COPEL). Estas tablas reivindicativas aparecieron justo en el momento de la transición democrática, y supusieron una verdadera radiografía crítica del sistema penal y penitenciario de aquellos tiempos. Una actitud y una estrategia de resistencia que han tenido continuidad en casi todos los intentos de lucha colectiva que se han producido hasta ahora desde el interior de las cárceles. 40 años después, un grupo de una 30 de personas, dispersas en 15 prisiones diferentes de España, está discutiendo, a partir de un balance crítico del que se ha hecho desde que comenzaron, la convocatoria de una nueva huelga de hambre colectiva para el 1 de mayo – que sería la cuarta, ya que durante el 2018 hicieron tres huelgas similares en los meses de mayo, octubre y diciembre- y plantean, de aquí a entonces, ampliar la tabla reivindicativa y diversificar los medios de lucha y expresión. Para entender los motivos y la estrategia de estas personas privadas de libertad hay que mirar un poco atrás. El origen del movimiento está en la creación de la Asociación de Presos en Lucha Activa (ASPRELA), que impulsaron el 2015 personas presas en el departamento de aislamiento de la prisión de Estremera (Madrid). Dos de estas personas habían estado recientemente en la calle -uno habiendo cumplido condena y el otro huido-, donde empezaron a relacionarse con un pequeño pero activo grupo de apoyo que se había formado en Madrid de manera autónoma -dentro del Sindicato de Oficios Varios de la CNT-, y que les había apoyado cuando estaban en prisión. Ambos se integraron en este grupo, sumándose a sus actividades y participando en charlas, programas de radio y algún vídeo en internet, para denunciar los tratos crueles, inhumanos y degradantes de los que habían sido víctimas o testigos mientras habían estado privados de libertad, especialmente los malos tratos y las muertes en prisión de Navalcarnero, a la que calificaron públicamente de ‘centro de exterminio’. En 2016, un grupo de personas presas se comenzó a organizar, recuperando el modelo de los años 70 de la COPEL Muy pronto volvieron a la cárcel -juntos- acusados de una larga serie de delitos. Y fueron encarcelados, precisamente, en el centro penitenciario de Navalcarnero, donde rápidamente fueron a parar al régimen especial de castigo. La propuesta de crear la organización ASPRELA fue su manera de afrontar la terrible presión a la que estaban sometidos después de volver a estar privados de libertad. Bajo estas siglas hicieron algunas huelgas de hambre y denunciaron, por ejemplo, la situación de varios presos con enfermedades graves que deberían ser excarcelados según la Ley orgánica General Penitenciaria (LOGP). Consiguieron la colaboración de unos cuantos reclusos en régimen de aislamiento, nombraron un coordinador y varios encargados de zona, redactaron unos estatutos y una mesa reivindicativa, y elaboraron un calendario de acciones. (DOCUMENTO COMPLETO EN PDF ADJUNTO).

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