ELDIGITALDEALBACETE.COM (REDACCIÓN).- El pasado mes de julio, CNAE e Instituciones Penitenciarias firmaron un acuerdo mediante el que se procedía a la renovación de la campaña de universalización de la educación vial en Centros Penitenciarios de toda España. Gracias a este programa, 3 presos de la cárcel de Albacete han cursado la formación teórica del permiso B de conducir, de los cuales uno ha aprobado la formación teórica.
La finalidad principal de esta iniciativa es contribuir a la reinserción de los prisioneros. Esta tuvo su primera edición en el año 2010 y en ella participan, además de CNAE la Dirección General de Tráfico(DGT) la Fiscalía de Seguridad Vial, el Real Automóvil Club de España (RACE) y la Asociación Española de Centros Médicos-Psicotécnicos (ASECEMP), entre otras.
Durante la formación, los alumnos también han sido testigos de diferentes testimonios de víctimas en accidentes de tráfico, lo que ha contribuido a generar una mayor conciencia social en materia de seguridad vial.
En abril de 2019, la Administración dio a conocer que en España 1.200 internos estaban en la cárcel por delitos relacionados con la Seguridad del Tráfico, lo que supone un 2,3 % del total de la población reclusa. Los prisioneros que no estaban inscritos en este programa también han participado en las sesiones de concienciación por la seguridad vial.
La responsable de formar a los internos que no disponían del permiso de conducir ha sido Ana Selva, quien afirma que, “todo el mundo debería tener una oportunidad en la vida para cambiar y me quedo con la experiencia vivida y el poder haber compartido con ellos todos estos momentos”.
Por su parte, Enrique Lorca, el nuevo presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas, afirma que “Contribuir con la reinserción de los presos es lo que más nos impulsa a seguir apostando por esta iniciativa. Desde CNAE estamos seguros de que la obtención del permiso de conducir incrementa las probabilidades de encontrar un empleo, lo que es fundamental para que los reclusos que han abandonado la prisión por haber cumplido su condena hallen un lugar en la sociedad y normalicen sus vidas”.
La formación teórica es gratuita; no así la formación práctica y la tasa de examen, que corren por cuenta del recluso.