París consolida la vía para acercar a presos de ETA con otro traslado

POLÍTICA PENITENCIARIA

El Gobierno francés desplaza a Jon Salaberria, Raúl Aduna y Josu Urbieta a Mont-de-Marsan

DEIA (IMANOL FRADUA).- Bilbao- El Gobierno francés de Emmanuel Macron continúa dando pasos en el proceso de acercamiento de presos de ETA a las cárceles más próximas a la muga de Biriatu. Después de que la pasada semana estrenara esa vía, abierta exclusivamente para los reclusos que realicen una petición individualizada, se encuentren en el tramo final de su condena, presenten una buena conducta y no tengan delitos de sangre ni estén requeridos por la Justicia, una segunda tanda de tres reclusos han sido trasladados. Los primeros fueron Zigor Garro y Julen Mendizabal, pero Etxerat dio a conocer que Jon Salaberria -exparlamentario de Batasuna-, Josu Urbieta y Raúl Aduna han sido acercados al penal de Mont-de-Marsan, en Las Landas. Salaberria se encontraba en la prisión de Alençon (Normandía), a 800 kilómetros de Euskadi;mientras que Urbieta y Aduna estaban encarcelados en Poitiers Vivonne (Poitou-Charentes), a 470 kilómetros de distancia de la frontera. Nacido en Donostia en 1968, Salaberria fue dirigente de Jarrai y parlamentario vasco durante los años 1998 y 2005 con Sozialista Abertzaleak y Batasuna, huyó a Francia en 2005 cuando se encontraba imputado en el sumario 35/02, más conocido como el sumario de las herriko tabernas. Tras su ingreso en el aparato político de ETA, fue detenido en Burdeos en 2008 en la operación que descabezó a la organización terrorista con la caída del entonces máximo responsable de ETA, Francisco Javier López Peña, Thierry, motivo por el que en junio de 2014 fue condenado por la Justicia francesa a un pena de 12 años de prisión. Diversas fuentes señalan a Salaberria como uno de los miembros de la delegación de ETA que, sustituyendo al histórico José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, se reunió en Alemania a finales del 2006 con emisarios del Gobierno español, entonces dirigido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, durante las conversaciones en el transcurso del alto el fuego permanente dictado por la banda armada que concluyó con el atentado de la T-4 a finales de ese mismo año. Por su parte, Josu Urbieta Alkorta -nacido en Azpeitia en 1978- fue arrestado en un control de la Gendarmería el 10 de junio de 2010 tras robar un coche en Saint Maixant, en la región de Aquitania. Vinculado con la izquierda abertzale, en concreto con Segi y Batasuna, aunque sin causas pendientes con la Justicia española, fue condenado a cinco años de cárcel en 2012 por formar parte del aparato logístico de ETA. No obstante, posteriormente fue nuevamente juzgado y le fue impuesta una condena de 16 años de prisión por su implicación en el tiroteo en el que murió la última víctima de ETA, el policía francés Jean-Serge Nérin. Aunque el tribunal consideró probado que utilizó su pistola en estos hechos, no quedó demostrado que disparara a matar, mientras que la justicia francesa responsabilizó a Mikel Carrera Sarobe Ata del asesinato del policía, motivo por el que este último cumple una condena a perpetuidad. Raúl Aduna Vallinas (Gasteiz, 1981), fue arrestado en mayo de 2013 en Brive-la-Gaillarde, al sur de Limoges, junto a otros cinco activistas. Condenado a siete años de cárcel en septiembre de 2017 por su pertenencia al aparato logístico de ETA. Fue juzgado y sentenciado junto a Julen Mendizabal Elezkano, uno de los dos presos trasladados la semana pasada a la cárcel de Mont-de-Marsan. Aduna había sido detenido anteriormente por la Guardia Civil el 4 de septiembre de 2001, al ser acusado de estar encuadrado en las redes de recogida de información para ETA. Su juicio se canceló por un error procesal. Con el traslado de Salaberria, Aduna y Urbieta, el ejecutivo galo sigue cumpliendo con su promesa de flexibilizar la política penitenciaria en un escenario en el que ETA apunta a cerrar la persiana definitivamente antes del verano. Esa resolución que viene mostrando desde el Eliseo choca con el inmovilismo del que hace gala el Gobierno español de Mariano Rajoy. Francia, que mantenía internados a comienzos de año a alrededor de 80 reclusos de la organización armada diseminados por su territorio, de los que una veintena habían pedido ser acercados, pretenden agilizar los traslados de presos de ETA para así concentrar sus esfuerzos en el terrorismo yihadista, que contabiliza dos millares de reos. La apuesta de Macron, sin embargo, tuvo que pasar el filtro de las organizaciones de víctimas del terrorismo, que quedaron satisfechas con sus explicaciones. Tanto es así que el Ejecutivo galo tuvo que aclarar que el acercamiento de miembros de la banda en sus penales no sería una medida colectiva, sino que se circunscribirá a los requisitos que recoge la legislación. Normalidad. El lehendakari, Iñigo Urkullu, enmarcó en la ‘normalidad’ el traslado de tres nuevos presos de ETA, a la vez que reclamó nuevamente que el Estado español emule el ejemplo francés, ya que ‘también es posible el cumplimiento de la legalidad de una manera diferente’. Urkullu recalcó que el acercamiento de Salaberria, Aduna y Urbieta ‘es algo que desde el Gobierno francés se viene haciendo en orden a la legislación’. El secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Gobierno vasco, Jonan Fernández, afirmó que el traslado de los tres presos contribuye ‘a ir dando pasos en la normalización de la convivencia’. A su juicio se trata de una ‘buena noticia’, además de suponer un acercamiento ‘legal, viable, que el Gobierno francés ha realizado en diálogo y que contribuye a ir dando pasos en la normalización de la convivencia en nuestro país’. Cuestionado por si vislumbra modificaciones de calado en la política penitenciaria del Gobierno Rajoy, Fernández lamentó que, a pesar de que la sociedad y las instituciones vascas están intentando que se apliquen medidas similares, ‘de momento no hay resultados en la misma dirección’.

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