La otra dispersión: el 25% de los presos está fuera de sus comunidades autónomas

INTERIOR

EL MUNDO (RAFAEL J. ÁLVAREZ).- Son presos sin telediarios, familias con pancartas de tinta invisible, gente al margen. Son uno de cada cuatro. Reclusos (y reclusas) que cumplen condena fuera de su comunidad autónoma, el 25% de los internos que hay en España. O de su provincia, más o menos la mitad. Son personas encarceladas en otros mapas. Más de 14.700. Es decir, algo más habitual de lo que parece cuando se habla sólo de miembros de ETA o de políticos catalanes. Los presos de esta historia son reclusos anónimos. Y también sus familias, que consumen sus sueldos, su paro, sus pensiones y sus apreturas en kilómetros, hostales e insomnio para visitarlos. Ven a sus hijos, padres o parejas cuando las visitas salen bien, la carretera no es un accidente y el dinero da para el tren, el bus o el pirata. El coche pirata. «Pagábamos al pirata y nos acercaba a la prisión de Huelva donde no llega el autobús. Pero con la pensión de 525 euros no me da, así que ya no veo a mi hijo», cuenta Pepa. «Yo no trabajo, ni cobro pensión. Tengo diabetes y depresión. Casi no salgo de casa. Me cuesta. No tengo fuerzas ni dinero. Como para coger el avión desde Tenerife a la prisión de Cádiz. Hace mucho tiempo que no veo a mi hijo», suelta Olga. «Yo vivo en Las Palmas y mi hijo está ahora en Palencia. Cuando estuvo en la cárcel de Burgos pude ir a verlo, pero con la crisis todo es más difícil. Yo no tengo dinero, ni conozco a nadie en la Península. Y hay que pagar el avión, el hotel y los gastos. Imposible. Llevo cuatro años sin ver a mi hijo», remata Rafaela. Son presos comunes que cumplen clausura más allá. Son internos muy externos. Ningún lehendakari, ni president, ni gobernante piden su acercamiento. Son presos desterrados. Es la otra dispersión. El último dato oficial lo ha obtenido la representante de PodemosIsabel Mora Grande. A mediados del año pasado, esta senadora hizo una pregunta al Gobierno. Y éste, en su contestación del 2 de octubre de 2017, aportó las cifras que dibujan este mapa de la dispersión. La mayoría de los 59.000 presos que hay en España cumple condena en sus CCAA. Sin embargo, el 25,4% está fuera de su región. Esa es la media, porque hay lugares en los que el alejamiento es lo normal. Por ejemplo, en Ceuta, donde hay menos presos de dentro de la ciudad que de fuera: la mayoría de reclusos ceutís cumple condena en la Península o en Baleares. O el caso de Castilla-La Mancha, donde casi la mitad de sus presos está en otras CCAA. Cantabria, Navarra, País Vasco, La Rioja, Murcia o Melilla también superan la media nacional de este destierro legal. ¿Por qué se aleja a los presos? El Gobierno asegura que la decisión depende de la Administración Penitenciaria y que tiene en cuenta «el grado de tratamiento propuesto (primero, segundo o tercero), el tipo de condena, la edad, su pertenencia a banda delictiva o el tratamiento a aplicar». Según el Estado, «el destino se adopta en función del centro que mejor responda al tratamiento que requiere el interno». (TEXTO COMPLETO EN PDF ADJUNTO)

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