MURCIA
La Junta de Gobierno aprobará en breve la primera fase de las obras del futuro centro multidisciplinar, en el que los patios se convertirán en plazas para el disfrute de los ciudadanos. Las dos alas del edificio principal estarán unidas por un módulo acristalado, situado en la fachada trasera, para que no cambie la percepción desde Primo de Rivera
LAVERDAD.ES (MARÍA JOSÉ MONTESINOS).- Los muros de la Cárcel Vieja, acostumbrados a mantener encerrados durante años a presos comunes y políticos, nunca imaginaron que en la segunda década del siglo XXI fueran a ser destinados justo para lo contrario para lo cual fueron erigidos en 1929. Su nuevo uso lo define perfectamente el título con el que el estudio de Arquitectos IH Arquitectos ganó el año pasado el concurso de anteproyectos: ‘Muros etéreos’. Y es que el planteamiento de la propuesta ganadora es abrir el espacio de la cárcel por completo, vincularlo a la ciudad, y generar espacios amplios para el ciudadano. Será un lugar de disfrute para todos y a todas horas, ya que el edificio albergará un centro multidisciplinar abierto las 24 horas del día, que contará con una sala de exposiciones, una tienda, oficinas y un restaurante con una terraza. El proyecto de obras de la primera fase está en contratación desde el pasado 21 de enero y la aprobación de los pliegos de condiciones irá a Junta de Gobierno en las próximas semanas. El plazo de ejecución de las obras es de 14 meses. El presupuesto de licitación de esta fase es de 2,1 millones de euros. Estas obras, que se corresponden con el edificio de cabecera o acceso principal, servirán para llevar a cabo una adecuación con usos complementarios al principal del edificio, de carácter social, cultural o recreativa para la estancia y disfrute del complejo y vinculado a espacios exteriores ajardinados. Conservación del arbolado Los muros perimetrales exterior e interior serán demolidos prácticamente en su totalidad, manteniendo las torres de vigilancia y parte del muro. También se mantendrá el muro perimetral exterior noreste (colindante con Correos). En estos perímetros se instalará una celosía de perfiles metálicos y espacio variable. Los patios al oeste y sur originalmente cerrados se convierten en plazas vinculadas y niveladas a la ciudad. En cuanto a la vegetación del espacio público, se conserva la mayor parte posible de los árboles existentes, eliminando los que se encuentran en mal estado o dificultan la nueva creación de los flujos peatonales propuestos. El edificio de acceso al complejo se plantea como un espacio completamente permeable y abierto a la ciudad, donde el ciudadano pueda transitar a lo largo de su perímetro o por el patio existente, sin barreras arquitectónicas. Se prevén espacios públicos en cada una de las dos naves del edificio. Actualmente, el ala derecha e izquierda del edificio de cabecera están inconexos debido a que en planta baja se separan mediante el patio de acceso y en planta primera quedan divididos por medio de dos terrazas que están elevadas de la cota de forjado de la planta primera. El proyecto plantea una conexión de ambas alas mediante un módulo acristalado situada en la fachada trasera del edificio, de manera que no cambie la percepción de la fachada principal a la avenida Primo de Rivera. La segunda fase de las obras, que incluirán la rehabilitación del panóptico y el módulo norte, que son las zonas donde se ubicaban las celdas de los reclusos, albergarán una sala de exposiciones y otra de conferencias y se reservará un espacio para la Memoria Histórica.