La principal razón del descenso se encuentra en las reformas emprendidas en el Código Penal en el año 2010
DIARIO DE LEÓN.ES – (S. FERNÁNDEZ, LEÓN).- La cárcel leonesa de Villahierro, situada en Mansilla de las Mulas, ha visto rebajado el número de internos un 50% en 13 años. De los 1.800 presos que había en 2004 ha pasado 891 internos a día de hoy. Al número de personas que se encuentran cumpliendo condena en el penal de Mansilla de las Mulas hay que añadir casi 80 personas que se encuentran en el Centro de Inserción Social. Los CIS están destinados a internos que cumplen su pena en régimen abierto o que se encuentran en un proceso avanzado de reinserción (art. 100.2), que están en situación de libertad condicional o cumplen medidas alternativas a la pena como trabajo en beneficio de la comunidad. La principal razón de este descenso se encuentra en las reformas emprendidas en el Código Penal. Dichas enmiendas fueron introducidas en el año 2010 y provocaron una reducción de las condenas a los pequeños narcotraficantes, ya que el límite máximo de prisión de la mayoría de los casos pasó de nueve a seis años, lo que significó la revisión de numerosas penas y por consiguiente, la salida de muchos internos. A esto, hay que añadir que el nuevo Código Penal introdujo la posibilidad de sustituir la prisión por la expulsión del territorio nacional, lo que a juicio del secretario general de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip), Valentín Llamas, también supuso un decrecimiento en el número de reos. La agilización de los procesos de extradición, también ha sido una de las causas. Al igual que la reforma de la Ley de Seguridad Vial, llevada a cabo en 2010, que permitió a los jueces rebajar las penas de prisión en función de la gravedad del caso, así como castigar con multas o trabajos en beneficio de la comunidad en lugar de cárcel, una alternativa que, por otro lado, es también cada vez más frecuente en todo tipo de ámbitos penales. El último dato que aporta el secretario general de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias es la reducción de la aplicación, en los supuestos infractores, de la prisión preventiva, a la espera de que salga el juicio que emita un veredicto. «La situación actual es bastante buena. Hay mucha tranquilidad, los conflictos son muy pocos, prácticamente nulos, en un centro donde se convive y se vive en un clima de cierta armonía», manifiesta el director de este centro penitenciario, José Manuel Cendón. CONDICIONES El centro penitenciario está compuesto por un total de 14 módulos, a los que se le suman una enfermería, un módulo de aislamiento, uno sociocultural y otro de ingreso. La prisión, además, cuenta con gimnasio, escuela, taller ocupacional, peluquería, pistas deportivas, capilla, aula de informática y de enseñanza y piscina en los distintos módulos para el uso de los reos durante el tiempo que permanecen fuera de sus celdas. El penal leonés se convirtió en el año 2001 en el pionero a nivel nacional en la implantación del llamado «Módulo de respeto». En él, los reclusos deben hacerse cargo de una serie de responsabilidades como el mantenimiento y cuidado de los espacios físicos de su módulo o el desarrollo de las actividades que allí se realizan. A cambio, estos obtienen ciertas libertades como la posibilidad de tener sus celdas abiertas. La finalidad de esta iniciativa es lograr un clima de convivencia y respeto entre los residentes. En la actualidad este proyecto se ha llevado a cabo en la mayoría de prisiones españolas. Este penal también cuenta entre sus reclusos con doce internos relacionados con la yihadismo, y con dos personas que cumplen condena por realizar delitos bajo la tutela de la banda terrorista de ETA. Estos reos relacionados con actos de terrorismo yihadista se encuentran en régimen cerrado. Los internos, que se encuentra en esta situación, cumplen su condena en celdas individuales, con una limitación de las actividades.