La asistencia jurídica penitenciaria o el Derecho que atraviesa las puertas de prisión

MARISA DÍAZ QUINTERO | COORDINADORA SERVICIO DE ASISTENCIA JURÍDICA PENITENCIARIA

DIARIO DE SEVILLA (REYES ROCHA).- Una vez que el juzgado dicta una sentencia y el acusado se convierte en recluso, existen una serie de circunstancias dentro de la cárcel en la que, si bien no es obligatoria la participación de un abogado, ayuda mucho a que los trámites burocráticos no sean una carga. Desde el año 2001, con más o menos altibajos administrativos y políticos, en Sevilla funciona el Servicio de Orientación y Asistencia Jurídica Penitenciaria. Sus coordinadoras son Marisa Díaz Quintero y Carmen García Rivero. Marisa Díaz recuerda con una mirada llena de la ilusión del que cree firmemente en lo que habla que el Servicio de Asistencia jurídica penitenciaria empezó a finales de los años 90 ‘cuando un grupo de compañeros que, por un motivo u otro entraron a formar parte de la vida penitenciaria y se dieron cuenta de que en el 90% de las ocasiones el Derecho se quedaba a las puertas de prisión porque no podemos olvidar que la mayoría de la población penitenciaria proviene de un estatus económico bajo y no tienen posibilidades de contratar un abogado particular’. Este grupo de abogados toma conciencia de esta situación y se ponen en marcha los servicios de orientación y asistencia jurídica penitenciaria. En Andalucía está en marcha en todas las provincias y en Sevilla está funcionando desde el curso 2000-01. ‘Ess muy vocacional y está formado por unas 60 a 65 personas que hemos estado desde el año 2000 prácticamente los mismos. Para ser uno de los miembros, además de estar colegiado, hay que estar dado de alta en los cursos de penal y hacer un curso, pruebas y prácticas en prisión’. La última de estas formaciones fue antes de este verano. Trámites dentro de prisión La realidad es que, aun habiendo tenido su abogado de oficio, al llegar el momento de la ejecución penitenciaria hay muchos trámites administrativos, incluso algunos que están dirigidos al juzgado de vigilancia penitenciaria donde no es obligatorio que sean realizados por un letrado pero que tampoco son fáciles. ‘Nos encontrábamos que si el preso tenía que hacer algún escrito a la administración, o bien tenía que buscar un abogado particular y, evidentemente, pagarlo, y si no tenía posibilidades económicas, pedir favores a cambio de tabaco, dinero…etc. de algún compañero de módulo con más formación. Esto supone una merma de derecho bastante importante’. Los reclusos pueden acceder a este servicio por ellos mismos, familias, amigos o ONG. Hay más caminos, además de la instancia de prisión. Los lunes, miércoles y viernes estos abogados visitan Sevilla-I y Sevilla-II y los miércoles, la cárcel de Alcalá de Guadaíra. ‘Ellos presentan la instancia, pasan a una lista y los vamos llamando. Tenemos acceso a los expedientes y ahora los abogados de este servicio estamos pidiendo unos locutorios mejores en Sevilla-1, porque los actuales dejan mucho que desear y no te enteras de lo que estás hablando, no hay intimidad. Antes de que suspendieran el servicio los atendíamos en un despacho’. Otra de las dificultades está en el desarrollo mismo del trabajo. En la cárcel no pueden entrar los teléfonos móviles, tablets u ordenadores. ‘Estamos luchando porque los grandes sumarios, que hasta ahora tienen que entrar en papel, podamos tener alguna herramienta tecnológica que nos permita preparar la defensa con el recluso con toda la documentación presente’. (DOCUMENTO COMPLETO EN PDF ADJUNTO)

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