LA VANGUARDIA.COM – (AGENCIA EFE, PALENCIA).- IU ha preguntado en el Congreso de los Diputados sobre la legalidad de las celdas de observación que hay en las cárceles españolas, a raíz de la denuncia del sindicato ACAIP sobre las condiciones ‘infrahumanas’ que sufren los reclusos del Centro Penitenciario La Moraleja en Dueñas (Palencia). El Grupo Parlamentario Confederal Unidos Podemos-En Comú Podem- En Marea, a iniciativa de su diputada Yolanda Díaz Pérez, ha preguntado por escrito en el Congreso de los Diputados si el Gobierno tiene conocimiento de la situación que se vive en el centro penitenciario de Palencia y de la denuncia que ACAIP ha presentado en la Subdelegación del Gobierno en Palencia al respecto. Además, según consta en la pregunta, la diputada de En Marea ha pedido información sobre la cobertura legal que tiene la creación de celdas de este tipo en las cárceles de nuestro país. Asimismo ha preguntado cuantos centros penitenciarios tienen celdas de estas características en España, quién es el responsable de enviar a un recluso a este tipo de celdas, qué criterios se aplican para hacerlo y en qué normas se contemplan esos criterios. Según explica la diputada en el texto de la pregunta, en el Centro Penitenciario de Dueñas existe una celda, la número 61, denominada ‘Celda de observación’, en la que son recluidos aquellos presos de los que se sospecha que, tras mantener un vis a vis con familiares, puedan portar drogas en su organismo. Su objetivo es conseguir que la expulsen y evitar que trafiquen con ella o la consuman. La celda es un espacio de diez metros cuadrados sin ventilación ni luz natural, sin agua corriente, con la luz encendida día y noche, con los desagües de la ducha y el lavabo cegados, y en la que los internos están vigilados durante las 24 horas a través de dos cámaras. Unas duras condiciones pensadas, en un principio, para ‘estancias breves’ según Instituciones Penitenciarias. Sin embargo, el sindicato ACAIP ha denunciado que en la celda 61 de la cárcel de Palencia han permanecido recluidos hasta siete días cinco presos desde el pasado mes de marzo viviendo en unas condiciones ‘infrahumanas’. De hecho, varios de ellos se lesionaron para conseguir abandonar ese encierro y uno, incluso, intentó ahorcarse, según la denuncia del sindicato, que insiste en que estos reclusos están incomunicados y observados a través de dos cámaras y que no se preserva la más mínima intimidad ni en las necesidades más básicas.