Fue detenido en torno a las once de la noche del 7 de marzo. Circulaba en un vehículo marca Ford y se saltó un ceda el paso en la céntrica avenida da Milagrosa. Tenía una orden de ingreso en prisión de un juzgado de A Coruña
LA VOZ DE GALICIA. TONI LONGEIRA. FOTOGRAFÍA: JOSE MANUEL CASAL. El carballés Francisco Javier Loureda Manteiga tenía 42 años y este sábado falleció de manera repentina en la cárcel de Teixeiro, en donde había ingresado por orden del Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña, en relación a una de las causas que tenía pendientes. Había sido detenido en torno a las once de la noche del 7 de marzo, cuando circulaba en un vehículo marca Ford y se había saltado un ceda el paso en la céntrica avenida da Milagrosa de Carballo.
Esa simple infracción de tráfico fue observada por una patrulla de la Policía Local, que siguió al vehículo por el casco urbano. Al percatarse de que lo estaban siguiendo, y al llegar a la céntrica rúa Martín Herrera, frenó el coche, se bajó y huyó a la carrera, siendo reducido por los agentes pocos minutos después. Tras ser identificado, los uniformados confirmaron en la base de datos que sobre esta persona pesaba una orden de arresto e ingreso en prisión por unos hechos cuya naturaleza no han trascendido. Después de ser entregado a la Guardia Civil fue trasladado al cuartel de la Gran Vía. Veinticuatro horas después, la autoridad judicial decretó su ingreso en prisión para cumplir la pena impuesta
Este sábado fue hallado inconsciente en su celda. Pese a los esfuerzos de los sanitarios por salvarle la vida solo pudieron certificar la muerte. Las primeras hipótesis del óbito apuntan a una sobredosis.
Entre los integrantes de las fuerzas de seguridad de Carballo se preguntan si Francisco Javier Loureda, vecino de O Sisto de Carballo, continuaba coqueteando con las drogas. Eso sí, en el instituto armado lo definieron como un individuo «relativamente tranquilo» cuya etapa más complicada abarcó desde «1998 hasta el 2011». A partir de entonces se le atribuyeron pequeños delitos menores. Tenía alguna causa pendiente de su etapa más conflictiva, que fue la que lo llevó directamente a Teixeiro.
A Francisco Loureda Manteiga lo vincularon en su día con dos hechos especialmente relevantes. En julio del 2003 fue condenado a una multa por entrar, junto con otra persona, en un club de alterne y exigir a la propietaria que les sirviese bebidas y que les proporcionase una mujer, todo ello de forma gratuita, o de lo contrario cerrarían el establecimiento y le prenderían fuego. En el 2006 también fue juzgado, junto a otros cuatro individuos, por otro altercado, en esta ocasión en un club de alterne de Vimianzo. La Fiscalía pedía para Loureda Manteiga 4 años y 9 meses de prisión por robo con intimidación y amenazas. Pero a partir del 2011 abandonó, en gran medida, el camino de la delincuencia. De hecho, el 26 de noviembre del 2016, con 36 años y dos hijos pequeños pidió, a través de La Voz, inversiones para el barrio carballés que lo vio crecer: «Levamos anos pedindo un parque infantil para o Sisto. Temos uns 70-80 rapaces pequenos que non teñen onde xogar, fano na rúa e iso é un perigo», relató aquel día a La Voz.
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