Estudiar en la cárcel: primer paso para una segunda oportunidad

Un total de 75 reclusos cursan grados universitarios o se preparan para iniciarlos en las prisiones de Castilla y León. ¿Los estudios más demandados? Derecho, Administración y Dirección de Empresas y Psicología.

ABC (M. ANTOLIN).-Cuando entro en el aula no veo internos, veo alumnos que se esfuerzan para intentar cambiar». Así ve a los estudiantes del Centro Penitenciario de Dueñas (Palencia) Antonio San Martín, el profesor asesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), que cada semana acude dos horas para aportar los materiales que necesitan a aquellos internos que han decidido estudiar Grados universitarios o se preparan para acceder a ellos. Una vez en la cárcel, es, a veces, la falta de libertad la que les hace abrir los ojos, pisar el freno e intentar reconducir sus vidas. Algunos deciden dar un giro a su vida, cambiar e intentar conseguir una segunda oportunidad aprovechando el tiempo que les queda entre rejas para formarse y mejorar todo lo que puedan su curriculum de cara a su vuelta a la vida real fuera de la cárcel. Unos 75 reclusos de los centros penitenciarios de Castilla y León -1.153, en España- han dado ya ese primer paso en busca de un cambio y estudian grados universitarios o se preparan para acceder a ellos. ¿Lo más demandado? El curso preparatorio para entrar en la universidad para los mayores de 25 años, con 30 alumnos. Dentro de los que ya pueden cursar un Grado, una enseñanza que no les es del todo ajena: Derecho. Además, otras de las titulaciones escogidas por estas personas son Administración y Dirección de Empresas (ADE) y Psicología. Todos los estudiantes de los diferentes grados, salvo aquellos que se encuentran en módulos especiales por la normativa específica de Instituciones Penitenciarias, están juntos en el mismo aula -una clase tradicional con pizarra y ordenadores, en los que sólo pueden acceder a las plataformas virtuales de la Universidad de Educación a Distancia -. El profesor asesor aporta a los alumnos todos los materiales didácticos que necesitan, mientras que ellos le entregan los trabajos que, como el resto de los alumnos de la UNED, deben realizar. «No hay incidentes, tampoco con los que se encuentran en circunstancias especiales», detalla a ABC el asesor. Durante las clases se producen los mismos debates académicos con diferentes opiniones, como ocurre en una clase habitual con alumnos sin privación de libertad. «Funciona la racionalidad y no suele haber problemas», indica. «En general están muy motivados. La mayoría de ellos aprueban todo, aunque siempre hay quien suspende alguna», relata antes de resaltar que «son bastante mejores en motivación y esfuerzo que el resto del alumnado». En concreto, en el centro palentino siempre ha tenido buena acogida este tipo de formación, reconoce el profesor. «Ellos siempre me han tratado como un profesor y no existen diferencias especiales con el resto de los estudiantes», relata. (…) TEXTO COMPLETO EN FICHERO ADJUNTO.

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