Su carácter y su talante le hicieron ganarse un profundo respeto entre los presos y muchos de sus compañeros
LA GACETA DE SALAMANCA. ES.- Internos de la prisión de Topas han mostrado su cara más humana tras el fallecimiento repentino de un funcionario, este lunes, nada más terminar su turno de trabajo. Al entierro de L.D.L.P., en Zamora, asistieron numerosos compañeros, que tributaron un emotivo homenaje al que calificaban como ‘un trabajador ejemplar’. Sin embargo, su carácter y su buen talante, según explican quienes lo conocían, le hacían ser querido y respetado por todos. De hecho, los internos del módulo M-14 han escrito un cartel en el que envían sus condolencias a la familia y lamentan su pérdida. Además, los presos del Módulo 11 guardaron un minuto de silencio por el aprecio que le tenían. L.D.L.P., de 58 años, no quiso pasar a la segunda actividad, posibilidad que se ofrece a los funcionarios de vigilancia al cumplir los 57 años, y pasar a realizar funciones en el área de oficinas, tras más de 25 años en el área de vigilancia.