El preso dado por muerto en la cárcel de Asturias reclama 50.000 euros “tras resucitar”

EL INDEPENDIENTE.- El preso cuya muerte fue certificada por error en la cárcel de Asturias, el 7 de enero de 2018, ha reclamado a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias una indemnización de 50.000 euros por los daños morales y los perjuicios causados, tanto física como psíquicamente, a él y a su familia. Según el abogado Luis Tuero Fernández, el recluso, G.M., fue dado por muerto debido a la falta de comprobación ‘médica y técnica’ necesaria para confirmar ‘la realidad del fallecimiento’, ya que ‘un simple electrocardiograma’ o una monitorización de la función cardíaca hubieran permitido descartar la muerte ‘de inmediato’. En el escrito, al que ha tenido acceso Efe, relata que sobre las 8:00 horas del 7 de enero de 2018, cuando iba a realizarse el recuento diario de internos, funcionarios del Centro Penitenciario de Asturias encontraron a G.M. en la celda 34 del módulo 8 ‘inmóvil, inconsciente, con muy baja temperatura corporal y sin señales de respiración’. Ante esta situación, se avisó a los médicos del Centro Penitenciario, que le examinaron ‘superficialmente’ y concluyeron ‘precipitadamente’ que había fallecido. Así, certificaron su muerte y seguidamente se comunicó oficialmente el fallecimiento al Juzgado de Instrucción número 1 de Oviedo, que se encontraba en funciones de guardia. A continuación, G.M. fue introducido en una bolsa de plástico de las utilizadas para el transporte de cadáveres y trasladado en un vehículo funerario al Instituto de Medicina Legal de Asturias (IMLA) para que se le realizase la autopsia. Allí, cuando el recluso iba a ser colocado en la mesa de autopsias, comenzó a emitir ‘ronquidos y gruñidos y a moverse’, por lo que personal del IMLA abrió la bolsa, encontrándole allí ‘consciente, muy agitado y con graves dificultades para respirar’, por lo que fue trasladado de urgencia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Para tratar las dolencias, que a juicio del letrado se ocasionaron ‘por el deficitario trato que se le dispensó’ por los servicios médicos del Centro Penitenciario de Asturias, G.M. tuvo que permanecer ingresado diez días, del 7 al 16 de enero de 2018, sometido a un fuerte tratamiento farmacológico y aplicándole varias sesiones de hemodiálisis para salvar sus riñones.

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