EUSKAL HERRIA
En lo que va de año cerca de 150 presos han fallecido en cárceles del Estado español, cinco de ellos en Zaballa. El director médico del penal alavés ha dicho en el Parlamento que todos sus pacientes acumulan el 90% de los factores que desencadenan suicidios, aunque considera muy correcta la atención que se presta.
NAIZ.- El director médico del centro de salud de Osakidetza en la cárcel de Zaballa (la sanidad penitenciaria es competencia de la CAV), Asier López de Arkaute, ha asegurado este miércoles en el Parlamento que el 100% de sus pacientes tienen «el 90% de los factores de riesgo» de suicidio.
No obstante, ha apuntado que la tasa de suicidios de presos en el Estado es las más baja de Europa y que la prevención funciona. Los últimos datos cifran en torno a 150 las muertes este año en el Estado, cinco de ellas en Zaballa.
López de Arkaute ha comparecido este miércoles en comisión en el Parlamento de Gasteiz a petición de Elkarrekin Podemos, para responder a preguntas sobre la muerte de cinco reclusos de la prisión alavesa en lo que va de año.
En su intervención ha puesto en valor el trabajo del servicio de atención primaria y de salud mental de Zaballa y ha dicho que ofrece una atención de «altísima calidad» a la población reclusa, cuyas características sociales y epidemiológicas dice que han cambiado «de forma significativa».
De las drogas a problemas de inserción
En este sentido, ha explicado que se ha pasado de una época en la que una gran parte de los internos cumplían condena por delitos relacionados con el consumo de heroína y cocaína por vía intravenosa, con una «altísima» prevalencia de enfermedades infecciosas como sida y hepatitis, a la actual en la que buena parte de los presos sufren enfermedades crónicas con problemas «importantes» de salud mental, politoxicomanías y «graves» dificultades de inserción por «carencias en el soporte familiar, institucional y en el tercer sector».
«En la cárcel estamos viendo el fracaso de la sociedad en muchos aspectos. Si es así en Euskadi con los recursos que tenemos, ¿cómo será en otros sitios?», ha indicado López de Arkaute, quien ha defendido que no obstante el programa de prevención de suicidios funciona bien en Zaballa y en la antigua prisión de Langraitz, donde afirma que entre 2005 y 2018 ningún preso acabó con su vida.
«Que no hubiera ningún suicidio en ese periodo es excepcional –ha matizado–. Es la mejor tasa del mundo, pero es irreal por los factores de riesgo y por eso choca que este año haya habido cinco fallecimientos».
Para ilustrar los resultados de este programa ha señalado que la tasa de suicidio en el Estado español es de 5,3 por cada 10.000 internos, mientras que en el francés es del 12,6 y en Portugal de 11,2, según los números que ha aportado. «Estos datos dejan bastante bien al trabajo que se hace. Lo ideal sería cero, pero lo hacemos mejor que en el entorno», ha indicado
López de Arkaute ha considerado que la cárcel no es el lugar idóneo para personas mayores con distintas patologías o para internos con retraso mental que, según ha dicho, ingresan en prisión «porque el juez los manda». «El último que llega siempre está peor que el anterior», ha concluido.