“Nada nos hace creer que tras uno, nueve o cincuenta años de prisión estos hombres no vayan a volver a violar a otra mujer con igual o más violencia con la que ya lo han hecho esta vez”, explica. Además, critica que el consentimiento se organice en torno al deseo de los agresores y se olvide del deseo de las víctimas.
ARAINFO (C.A.M.P.A. Colectivo de Apoyo a Mujeres Presas en Aragón).- El caso de la sentencia de ‘La Manada’ ha abierto muchos debates en torno a como trabajar y desarrollar estrategias para que tanto la violación grupal como la manera en la que ha sido tratado posteriormente la víctima no vuelvan a ocurrir. El Colectivo de Apoyo a Mujeres Presas en Aragón (CAMPA) ha trasladado en un comunicado su apuesta por una perspectiva transfeminista y antipunitivista ante las agresiones machistas y sus integrantes han admitido que esperaban ‘con cierto miedo el resultado de la sentencia, que fuera una condena de más de 20 años y, ésta, fuera aplaudida desde el movimiento feminista y desde la sociedad en general’ y añaden ‘como sucedió hace apenas unas semanas, se reabriera el debate sobre la prisión permanente -aunque ésta solo pueda imponerse en asesinatos donde haya alguna circunstancia específica agravante- en un momento de especial enfado y frustración’. Sin embargo, este colectivo, después de conocer de cerca la cárcel, ofrece una perspectiva distinta y asegura que ‘el entramado penal y penitenciario solo genera más violencia. Nada nos hace creer que tras uno, nueve o cincuenta años de prisión estos hombres no vayan a volver a violar a otra mujer con igual o más violencia con la que ya lo han hecho esta vez’. CAMPA subraya que la cárcel no es la solución al problema porque ni es capaz de reeducar ni de reinserta a la persona tras pasar un régimen que consiste en ‘anular a alguien como persona, tener unas relaciones basadas en una jerarquía absoluta, despersonalizar, infantilizar’. Por ello, cree que son necesarios otros mecanismos que realmente ‘eviten que seamos discriminadas en todos los aspectos de nuestras vidas. Soluciones reales que impidan que seamos intimidadas por la calle, amenazadas, maltratadas, violadas y asesinadas’. ‘No existe la prevención, no existe una reflexión en torno al porqué o a las circunstancias que han llevado a esa persona a cometer un delito. Sin un cambio radical en las estructuras de nuestra sociedad, sin una verdadera reeducación y otra forma de entender el castigo, seguiremos siendo intimidadas, amenazadas, maltratadas, violadas y asesinadas’, añaden. Además, este colectivo ha querido dar algunas pinceladas sobre la cuestión del consentimiento: ‘Ellos desean, y alrededor de su deseo se organiza todo, incluso nuestro consentimiento. Consentir, al fin y al cabo, es consentir al deseo de ellos. ¿Consentimos ante su deseo o manifestamos el nuestro y hacemos que importe?’ Por último, CAMPA aclara que poner entre rejas la violencia machista tiene otro peligro añadido y es que sea presentado como una excepcionalidad individual, ‘separándola de prácticas sociales y violencias cotidianas y convencionales que la posibilitan, invisibilizando el carácter histórico de la sociedad patriarcal y de la actual estructura social de relaciones de poder’. ‘Si queremos construir un mundo más justo, más humano, la cárcel no sirve ni para nuestrxs peores enemigxs. Tenemos que ponernos ya a pensar otra manera de solucionar los conflictos que no pasen por la lógica punitivista que únicamente castiga a las personas y no se ocupa de las condiciones que conforman el conflicto’, concluyen.